18/11/2014

Oportunidades para la exportación de alimentos a China


 

 

China se ha convertido en uno de los mercados de referencia para el sector alimentario a nivel mundial. Y para España constituye una gran oportunidad para aumentar sus exportaciones

Luis González Vaqué

Presidente de China-European Union Food Law Working Party

El formidable crecimiento económico experimentado por China en los últimos 20 años ha incrementado notablemente el poder adquisitivo de centenares de millones de consumidores. Según una estadística recientemente publicada, una empleada de hogar que en el año 2008 cobraba 8 RMB (renmibi) por hora, hoy en día gana 20. Se calcula que la renta disponible de la población aumenta cada año un promedio del 10 por ciento.

Nos referimos a un fenómeno que todavía se está produciendo y que con toda probabilidad se prolongará a corto y medio plazo, por supuesto, con sus fluctuaciones, pues la economía es aún más variable y cambiante cuando los países desarrollados se hallan inmersos en una crisis cuyo final no acaba de llegar. La consecuencia de este sostenido crecimiento es la mejora del nivel de vida de sectores muy amplios de la población china, lo que a su vez conlleva un incremento cuantitativo y cualitativo del consumo alimentario.

Centenares de millones de personas pueden satisfacer hoy en día su necesidad de alimentos en una medida mucho mayor respecto al pasado: si en 1960 un ciudadano chino disponía -de media- de 1.700 kcal al día, la cifra en 2009 se elevaba ya a un promedio de 3.036. Un desarrollo de tales proporciones constituye, sin duda alguna, una gran oportunidad de comerciar y, de hecho, China se ha convertido en uno de los mercados de referencia para el sector alimentario a nivel mundial. Y para España constituye una gran oportunidad para aumentar sus exportaciones.

Es cierto que son ya muchas las empresas alimentarias de nuestro país que han encontrado en ese inmenso mercado una salida airosa para sus excedentes de producción. En efecto, en líneas generales podemos afirmar que España está entre los primeros siete países exportadores de productos que calificaríamos de representativos -en particular, pasta, vino, aceite, productos de la acuicultura, cítricos, embutidos y queso-. En definitiva, aunque el volumen de las exportaciones españolas no sea todavía en términos absolutos muy elevado,

cada año asistimos a una mejora constante y significativa, y, sobre todo, hemos de subrayar que los productos españoles gozan de una excelente reputación.