30/03/2020

Algunas reflexiones sobre tecnología, salud y alimentación



Joan Mier Albert
 Abogado PhD
Law food - Gobernanza alimentaria
joan.mier@icab.cat


Está circulando por las redes algo que a mucha gente le habrá llamado la atención. En una presentación del Dr. Thomas Cowan en la Cumbre de Salud y Derechos Humanos en Tucson, Arizona, el pasado 12 de marzo, hacía referencia al efecto al que estamos sometidos por las radiaciones electromagnéticas, principalmente derivadas, según decía, del incremento de las estructuras que nos permiten estar comunicados: los wi-fis, GPS, satélites enviando señales como hace ya un siglo había empezado a ocurrir con el avance tecnológico derivado de los radares…

Decía, a propósito de la crisis actual del Covid-19 y anotando reflexiones del Dr Rudolf Steiner, analizadas con motivo de la llamada “gripe española” de 1918, que “los virus son la excreción de una célula intoxicada. Son trozos de ADN o ARN expulsados de las células cuando éstas están envenenadas. No son la causa de nada.” También hacía comentarios sobre tratamientos terapéuticos aplicados por él a pacientes con dificultades de salud derivadas de la recepción amplificada de campos electromagnéticos en los cuerpos, por el exceso de partículas metálicas ingeridas y la calidad del agua de las células.

Finalmente volvía a citar al mismo profesor Steiner señalando que si bien en aquella época no había una influencia, tan grande como ahora, de los campos electromagnéticos, ya anunciaba la necesidad de desarrollar un potencial espiritual, de manera más fuerte que un siglo antes. Ese era precisamente su consejo ante la situación actual, “Hagamos lo posible en desarrollar capacidades espirituales”.

Se puede dudar de si todo esto es cierto. El entorno de su presentación y la misma puesta en escena académica parecen serios. Sin embargo, voces del sector más concernido dicen que no son verdaderas algunas de las cosas que dice y le acusan incluso de ser alarmista. No lo sé, pero en cualquier caso ahí queda su consejo espiritual.

Aunque no sea sensato dudar de los buenos propósitos de la aplicación de desarrollos tecnológicos en la vida de las personas, creo que no se han estudiado suficientemente ni valorado previamente los riesgos que los avances tecnológicos puedan tener para la salud, y muy especialmente en el ámbito de la seguridad alimentaria. Además, no se han tenido en cuenta, en términos de desigualdad, las consecuencias que el desarrollo de estas nuevas aplicaciones pudiera tener entre las diferentes economías del planeta. Quizás lo correcto sería debatir, a nivel mundial, cuáles son las ventajas y los riesgos a los que se enfrenta toda la Humanidad si aplicamos estos avances.

Tuve placer de escuchar, no hace mucho más de dos años, a Peter Brabeck-Letmathe, presidente emérito de Nestlé y conferenciante invitado por el Instituto Internacional San Telmo de Sevilla, sobre los avances de las nuevas posibilidades que abre el Big Data en la alimentación. Ya sabemos, decía, que nuevas aplicaciones permiten obtener información a través de dispositivos Lifelogging (registros vitales), de todas las rutinas diarias desde el sueño hasta la vigilia, para compararla con etapas anteriores. El Internet de las cosas ya está permitiendo intercambiar información útil a las empresas para, mediante algoritmos, ofrecer programas personalizados de alimentación a través de sensores portátiles. Esto es lo que la revolución digital va a ir introduciendo en nuestras vidas a partir de … ya.



Hablaba de los beneficios todavía desconocidos asociados a la decodificación del genoma humano y del microbioma que permita conocer a qué riesgos está expuesta su salud personal y cómo prevenirlos. Pequeños dispositivos portátiles conectados a internet, como los brazaletes que incorporan relojes de salud, que recopilan y envían información vía bluetooth a una aplicación del smartphone para monitorizar y hacer recomendaciones de nutrición y buenas prácticas. De esa manera, decía, se puede alcanzar un cambio significativo en el estilo de vida de grandes sectores de la población.

Me paré a pensar por un momento a qué porcentaje de la población se estaba refiriendo realmente. Me cuestionaba que si bien es cierto que en una parte del mundo se lucha y se está consiguiendo alcanzar una vida más larga y más sana, en otra gran parte, con el mayor porcentaje de población joven del planeta, por qué no se consiguen logros parecidos en el mismo objetivo. Allí, alimentación y nutrición no son lo mismo. Me pregunto cuándo llegará a beneficiarse también de esos avances tecnológicos sin que otros nuevos desarrollos pongan de nuevo en evidencia su retraso. La tecnología aplicada y las necesidades primarias no suelen participar en la misma carrera.


Y mientras leo cifras impresionantes sobre el número creciente de teléfonos móviles en África y sus beneficios, leo también que en países nórdicos europeos la mayoría de la población ya no habla por teléfono móvil sin usar auriculares, ni coloca los dispositivos en partes sensibles del cuerpo, para protegerse. 

28 marzo 2020

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28/03/2020

“Sharing Economy Platforms: a study on food waste reduction”


Laís Moltene Maia, Fundação Getulio Vargas, Escola de Administração de Empresas de São Paulo (2020) 138 pp. 


Abstract
This project addresses the issue of reducing food waste through shared economy digital platforms. This issue is relevant because according to FAO reports (2011, 2017b) 1.3 billion tons of food are wasted annually in the world, such amount could feed 2 billion people, decreasing the hunger and promoting improvements in food security. In this way, sharedeconomy digital platforms can be part of the solution to this problem, promoting sharing through the donation and sale of surplus food among institutions (governmental or nongovernmental), commercial establishments and final consumers. The main objective of this project is to understand how happens the acceptance and use of sharing economy platforms for food waste reduction. To achieve this goal, an exploratory qualitative research was conducted through a single case study on Ecofood platform, it was used interviews, secondary data collection and direct observation for data collection. Through data analysis it can be seen that the main determinant is the effort expectancy, which is fundamental for the use behavior. From the data comparison obtained in the two different cities was possible to develop six propositions and find two new factors that influence the intention and use of platforms, in addition to drawing the profile of users of the two groups involved in the platform (suppliers and end consumers).



27/03/2020

EU: Will the Nutrition and Health Claims Regulation Ever Be Clear Enough?



Once again the Court of Justice of the European Union (CJEU) has moved to clarify the rules applicable to health claims.
Recently, the CJEU had the opportunity to further clarify the provisions of Regulation (EC) n°1924/2006 on Nutrition and Health Claims made on foods (the NHC Regulation), in particular the requirements applicable to health claims.
Under the NHC Regulation, health claims are defined as “any [message or representation, which is not mandatory under EU or national legislation, including pictorial, graphic or symbolic representation, in any form], which states, suggests or implies that a relationship exists between a food category, a food or one of its constituents and health[1]
The NHC Regulation distinguishes between different types of health claims. These fall into three categories:
1. First of all,  the ‘Function Health Claims’ (Article 13) referring to the role of a nutrient in the growth, development and functions of the body, to psychological and behavioral functions or to slimming or weight-control. An example of this is the claim “Activated charcoal contributes to reducing excessive flatulence after eating”(article 13).
2. Secondly the ‘Risk Reduction Claims’ (Article 14(1)(a)) referring to the reduction of a risk factor in the development of a disease. “Chewing gum sweetened with 100% xylitol has been shown to reduce dental plaque. High content/level of dental plaque is a risk factor in the development of caries in children” is a claim that would fall in this category (article 14 (1) (a)).
3 Finally, the regulation considers ‘Claims Referring to Children’s Development’[2] , such as “Calcium is needed for normal growth and development of bone in children.” (article 14 (1) (b))
Health claims cannot be used unless authorized[3] by the European Commission following a scientific review by the European Food Safety Authority (EFSA). Depending on the types of health claims, different procedures must be followed but generally the approval of a new health claim is both costly[4] and  long, with an average of 2.5 years for the approval.
Health Claim Applications and Risk of Rejection
Regarding the first category of health claims, after several years of work and hundreds of claims assessments by EFSA, the European Commission published in 2012 a first list of health claims which can be made on foods in compliance with the conditions set out in the annex of the regulation[5]. Today, more than 260 health claims are authorized under EU law.
But unfortunately for the FBOs most of the specific dossiers under article 14 are rejected.
Even under article 13 a bad surprise can happen at the very end of the procedure as it happened to Dextro  Energy 2011, when requesting authorization to use several health claims in relation to glucose and its effect on health.[6] In this instance, EFSA gave positive advice considering that a cause-and-effect link could be established between the consumption of glucose and normal energy-yielding metabolism. However, the European Commission did not approve the claims, in particular because “the use of such a health claim would convey a conflicting and confusing message to consumers, because it would encourage consumption of sugars for which, on the basis of generally accepted scientific advice, national and international authorities inform the consumer that their intake should be reduced.”[7] The Court considered that the European Commission must, as a risk-management measure, take into account the applicable EU legislation as well as other legitimate and relevant factors, and confirmed that the European Commission may refuse to approve health claims, even after a  positive scientific assessment[8].
A (Small) Margin to Manoeuvre
In addition to those specifically authorized health claims, the NHC Regulation leaves a (small) margin to manoeuvre for food business operators wishing to present their products positively.
This is for instance the case for trademarks and other brand names already existing before 1 January 2005 and which may be construed as nutrition or health claims. In principle, the NHC Regulation applies to those trademarks and brand names and provides severe restrictions to the use thereof. However, a specific transition period is foreseen under Article 28 of the Regulation. Products bearing trademarks or brand names existing before 1 January 2005 which do not comply with the NHC Regulation may continue to be marketed until 19 January 2022. After that date, they may only be marketed if they fully comply with the NHC Regulation.
Secondly, the NHC Regulation provides for the possibility to make general health claims that refer to a general benefit of a nutrient or food for overall good health or health-related well-being. Under Article 10(3) of the NHC Regulation such general health claims may be made provided that they are accompanied by a specific authorized health claim.
The NHC Regulation allows the use of easy and attractive statements which make reference to general benefits. However, such statements could be misunderstood or misinterpreted by consumers hence the Commission clarified in its Decision 2013/63/EU[9] that the specific authorized health claim accompanying the general health claim should bear some relevance to the general reference and be made ‘next to’ or ‘following’ such statement. In this regard, the Court of Justice recently had the opportunity to clarify the meaning of “accompanied”.
In Case C-524/18 Dr. Willmar Schwabe GmbH & Co. KG v Queisser Pharma GmbH & Co. KG[10], a general health claim appeared on the front of the outer packaging. The accompanying specific authorized health appeared only on the back of that packaging, and without a clear reference, such as an asterisk, between the two.
In the present case, the outer package of a food supplement featured in front of the outer packing general claims such as “B vitamins and zinc for the brain, nerves, concentration and memory” while the back of the outer packaging featured several specific health claims such as “Vitamin B1 and vitamin B12 contribute to normal energy metabolism and normal function of the nervous system as well as supporting normal mental capacity.” The Court was asked to clarify if this packaging meets the requirements of Article 10(3) of the NHC Regulation.
The Court concluded that “the requirement of ‘accompanying’, within the meaning of Article 10(3) of that regulation, must be interpreted as requiring not only that the specific health claim should specify the content of the health claim worded in general terms, but also that the location of those two claims on the packaging of the product must enable an average consumer who is reasonably well informed and reasonably attentive and circumspect to understand the link between those claims. Accordingly, the concept of ‘accompanying’ within the meaning of that article, must be interpreted as including both a substantive and a visual dimension.”
Unlike, the position of the Advocate-General Hogan[11], the Court adopted a stricter approach and concluded that ‘accompanied’ encompasses both a substantive dimension and a visual dimension. The substantive dimension means that the general claim must be fully supported by the specific health claim.The visual dimension means that there should be an immediate perception by the average consumer of a direct visual link between the specific health claim and the general health claim.
Only in exceptional cases, it may be possible for the general health claim not to appear in spatial proximity or immediate vicinity of the specific health claim, provided that an explicit reference, such as an asterisk ensures in a “manner that is clear and perfectly comprehensible to the consumer, that, in spatial terms, the content of the health claims and the reference match”. The Court concluded that  “it is therefore for the national courts to verify and determine, in the light of all the circumstances of the case, whether the requirement of visual proximity arising from Article 10(3) of Regulation No 1924/2006 is satisfied by the use of a linking asterisk.”
In the coming months, the Court of Justice will have another opportunity to clarify the provisions of the NHC Regulation by answering the following: “Do Articles 5 and 6, read in conjunction with Articles 10(1) and 28(5) of Regulation No 1924/2006, regulate the burden of proof when a national court is determining whether unpermitted health claims have been made in a situation where the health claims in question correspond to a claim covered by an application under Article 13(2) of Regulation No 1924/2006, but where the application has not yet led to a decision on authorisation or non-authorisation, or is the burden of proof determined according to national law?[12]
This Case law will be a good opportunity to discuss another burning point of the NHC Regulation, what about the hundreds of claims that have been put on hold and in particular the health claims for plant and herbal substances.


Katia Merten-Lentz

This article was first published by FOODNavigator.com on March 24, 2020.
_________________________________________
[1] Article 2(2)(1) and 2(2)(5) of the NHCR read together
[2] E.g. “Calcium is needed for normal growth and development of bone in children.”
[3] Article 10 of the NHC Regulation
[4] The average cost per applicant has been evaluated by the European Commission to range between 0,008/0,2 to 1 million euros. See Commission Staff Working Document - Refit Evaluation of the General Food law (Regulation (EC) No 178/2002), SWD(2018) 38 final.  
[5] Commission Regulation (EU) No 432/2012 of 16 May 2012 establishing a list of permitted health claims made on foods, other than those referring to the reduction of disease risk and to children’s development and health https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=CELEX:02012R0432-20170822
[6] E.g. ‘glucose is metabolised within the body’s normal energy metabolism’, ‘glucose contributes to normal energy-yielding metabolism’, ‘glucose supports physical activity’, ‘glucose contributes to normal energy-yielding metabolism during exercise’ and ‘glucose contributes to normal muscle function during exercise’
[7] Commission Regulation (EU) 2015/8 of 6 January 2015 refusing to authorise certain health claims made on foods, other than those referring to the reduction of disease risk and to children's development and health Text with EEA relevance, OJ L 3, 7.1.2015, p. 6–9 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=OJ:JOL_2015_003_R_0003
[8] See Case T-100/15, Dextro Energy GmbH & Co. KG v European Commission, ECLI:EU:T:2016:150 and the dismissed appeal C-296/16 P - Dextro Energy v Commission, ECLI:EU:C:2017:437
[9] 2013/63/EU: Commission Implementing Decision of 24 January 2013 adopting guidelines for the implementation of specific conditions for health claims laid down in Article 10 of Regulation (EC) No 1924/2006 of the European Parliament and of the Council Text with EEA relevance, OJ L 22, 25.1.2013, p. 25–28 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/ALL/?uri=CELEX%3A32013D0063
[11] Opinion of Advocate General Hogan delivered on 12 September 2019, Dr. Willmar Schwabe GmbH & Co.KG v Queisser Pharma GmbH & Co. KG., ECLI identifier: ECLI:EU:C:2019:727, see notbaly paragraphs 65 and 66:
In my opinion, the criteria considered in this case-law may be applied by analogy to the present case, so that it may be expected that a consumer reading a general health statement on the front of the packaging of a food product will also consult the further information provided on the back of the packaging, which in addition to a list of ingredients may also include a set of specific health claims that are meant to support the general health claim.
Thus, in my opinion, it cannot be a general requirement that a specific linking tool, such as the use of an asterisk, be deployed in order to guide the consumer from the front to the back of the packaging. However, the situation becomes more complex where the information on the back of the packaging contains a mix of statements, of which only some serve to support the general health claim on the front of the package, as referred to by the Applicant and the Commission.” http://curia.europa.eu/juris/document/document.jsf?text=&docid=217675&pageIndex=0&doclang=en&mode=lst&dir=&occ=first&part=1&cid=7102890
[12] Case C-363/19, Konsumentombudsmannen, Application: OJ C 246 from 22.07.2019, p.11



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26/03/2020

Pensemos en la alimentación futura

Joan Mier Albert             
 Abogado                            
Food Law - Gobernanza alimentaria













La situación de crisis sanitaria que estamos viviendo me hace pensar sobre aspectos que van a cambiar en nuestras prioridades.

En todo el mundo se producen alimentos para 12.000 millones de personas, aunque somos 7.000 millones, de los cuales 1.000 millones padecen hambre crónica, más de 2.000 millones sufren carencias de micronutrientes esenciales y más de 2.000 millones no tienen acceso a agua potable. Por otro lado, un tercio de los alimentos producidos no son consumidos. Este es el panorama, resumido.

Hay una relación estrecha entre alimentación y salud, y sus carencias tienen una repercusión en el desarrollo de la sociedad. Se van a replantear cuestiones relacionadas con:

   - La confianza en la seguridad alimentaria
   - La producción suficiente y sostenible de alimentos
  - Cambios en los hábitos de consumo derivados de una mayor conciencia en el comportamiento individual y colectivo

Por eso creo que se va a generar un mayor interés en reforzar y crear nuevas vías que permitan acumular reservas para la alimentación futura, por ejemplo, a través del incremento de bancos de semillas o el desarrollo de actividades en el ámbito de la bioeconomía.

Estas inquietudes posiblemente tendrán una traducción en un cierto cambio de paradigma de las políticas agroalimentarias, desde la priorización de la seguridad hacia la garantía de una producción suficiente de alimentos.

La política agrícola comunitaria fue uno de los principales pilares del nacimiento de la integración europea y ha sido hasta ahora la política con mayor peso en el presupuesto común europeo y la que ha generado una mayor actividad reglamentaria. En sus sucesivas reformas, la orientación de esta política ha evolucionado desde el objetivo de garantizar un aprovisionamiento alimentario suficiente (food security), hasta el objetivo de asegurar que los alimentos sean seguros (food safety), y, actualmente, conseguir que la producción de alimentos sea sostenible (economía circular).

Los cambios que estamos viendo en el mundo derivados de la constatación de la evolución de magnitudes que nos afectan globalmente, como son la suficiencia energética, el consumo de agua, el cambio climático o la deforestación, nos tiene que hacer pensar sobre si el objetivo prioritario marcado tras el final de la segunda guerra mundial, garantizar la alimentación de la población, no volverá a ser un objetivo no desdeñable en un futuro que ya está llamando a la puerta.

En los últimos diez años Europa ha prestado gran interés a la alternativa energética de destinar tierras de cultivo a la producción de biocombustibles, sin que haya producido grandes resultados positivos y sí algunos negativos, en particular un encarecimiento de las tierras de cultivo. Ciertamente el desarrollo de fuentes de energía alternativas ha propiciado un cierto freno a la evolución de esa dinámica. Otros retos que se plantea Europa son también la disminución de la obesidad, la reducción del desperdicio de alimentos, el consumo eficiente de agua o el desarrollo de nuevas fuentes de alimentación.

Es necesario hacer frente a estos fenómenos para conseguir que la vida de las personas no solo sea más larga sino que se mantenga en buenas condiciones. Se trata de introducir en los hábitos la transición desde una alimentación suficiente a una nutrición adecuada.

Para garantizar que las futuras generaciones tengan acceso a alimentos variados y abundantes es importante que se preste atención a las reservas y el mantenimiento de la biodiversidad. Los bancos de semillas, auténticas “arcas de Noé” alimentarias, van a desarrollar un papel fundamental en ese objetivo. En esos bancos se mantienen preservadas especies vegetales en forma de semillas almacenadas para asegurar su supervivencia. Esto es de vital importancia para la supervivencia de la especie y la salud de los ecosistemas.

Actualmente hay alrededor de 1.500 “arcas de Noé” de variedades vegetales en el mundo. Seguramente la más conocida sea la Svalvard Global Seed Vault. Sus objetivos consisten en conservar la biodiversidad de las especies de plantas y en particular las dedicadas al cultivo, preservar la variedad genética para desarrollar otras variedades (por ejemplo, cultivos resistentes a las plagas), reponer semillas necesarias si se pierden por desastres naturales o provocados, y garantizar el futuro para la agricultura.

Y mientras tanto, el objetivo de sucesivos compromisos políticos globales de reducir la sangrante lacra del hambre en el mundo vemos que queda lejos de ser cumplido.

El propósito de garantizar niveles de seguridad, abastecimiento y sostenibilidad está en la agenda de las políticas alimentarias de Europa y países económicamente más avanzados, mientras el objetivo “hambre cero” en el mundo queda en declaraciones de buenas intenciones de propósitos postpuestos. Hay zonas del mundo en las que todavía falta mucho por hacer. La alimentación de buena parte de la población en muchos lugares de África no alcanza los niveles mínimos requeridos para vivir y desarrollarse. La tradicional explicación justificando esa realidad, basada en las condiciones climáticas y la aridez de buena parte del suelo no pueden ser aceptables en un mundo en el que la investigación permite grandes avances en el desarrollo de proteínas, incluido el cultivo de cereales adaptados a condiciones extremas. Es una cuestión de destinar medios económicos a esa finalidad, y eso requiere voluntad política global.

25 marzo 2020




23/03/2020

Seguridad alimentaria en China




Joan Mier Albert
Abogado, Law Food, Lobbying europeo alimentación, Gobernanza alimentaria*


Hace cinco años hablaba en un artículo de la seguridad alimentaria, a propósito de China. El confinamiento en casa derivado de las medidas para frenar el contagio del Covid-19 me ha hecho pensar y repensar en las circunstancias que nos han llevado a esta pandemia.

Como profesional del derecho especializado en el área alimentaria, me preocupa ver si los mecanismos legales previstos para garantizar la seguridad alimentaria y los sistemas de alerta precoz en situaciones de crisis son suficientes y si son bien aplicados.

Concentramos nuestro interés en el asunto sanitario. Tratamos de contribuir a frenar la propagación, mientras confiamos en que haya capacidad para atender a los pacientes y poder avanzar rápido en la investigación del tratamiento y la obtención de una vacuna. Las cifras de su evolución no paran de inquietarnos día a día, y nos planteamos cuestiones sobre el origen y los motivos de la diferente evolución de la pandemia en distintos países.

La OMS nos indica que el foco inicial territorial de la crisis está claramente localizado, China, Wuhan, y que el origen zoonótico de la transmisión también. Se trata de la venta de alimentos de origen animal ofrecidos en las variedades y condiciones habituales en determinados mercados públicos de China. Hasta aquí podemos referirnos a las noticias divulgadas al alcance de todos.

Como que no es la primera vez que se ha producido una crisis alimentaria en ese país, me planteo alguna reflexión sobre las circunstancias que puedan estar generando un latente potencial de riesgo.

La creciente facilidad con la que podemos movernos por el mundo y el interés en conocer culturas diferentes a la propia facilitan escenarios que hace unos años parecían menos verosímiles. Este interés se extiende también al ámbito alimentario. Se quiere descubrir lo que en otras culturas forma parte de una dieta habitual, sin que a menudo se tenga en cuenta las condiciones de seguridad alimentaria. Antes de que se discutiera en Bruselas sobre la libertad de comercialización de alimentos que contuvieran proteínas de insectos, o incluso estos mismos, en un viaje a México yo ya me había dejado tentar por la ingestión de algún chapulín (saltamontes), y a punto estuve de probar también atractivas frutas en almíbar que a buen seguro hubieran forrado para siempre mi estómago de amebas. Pero al menos estos atrevimientos no podían tener más consecuencias que en el marco limitado de mi propia salud.

Creo que no se puede negar que los flujos migratorios y el tráfico comercial derivado de la globalización facilitan un escenario de creciente riesgo sanitario tejido en la transición a partir de la alimentación (incluido el entorno medioambiental de la producción de alimentos). El mantra, ya aprendido en Europa desde la crisis de las “vacas locas”, de garantizar la seguridad en la cadena alimentaria “desde la granja y el establo hasta la mesa” ya no es suficiente. Se trata también de garantizar que la alimentación a la que tenemos acceso sea no solo aceptable y conveniente desde el punto de vista nutricional sino también desde otros aspectos fundamentales, como son la sostenibilidad y la salud global. Esto comporta la aplicación reforzada del principio de precaución en la autorización de la circulación de alimentos. Aquello que en el inicio de la construcción del mercado interior europeo constituyó un pilar fundamental de la circulación de productos (lo que es permitido comercializar legalmente en un país, lo es también en los demás estados miembros, puesto que existe una normativa general aplicable a la producción y comercialización de productos y entre éstos los alimentos) no es suficiente. Ahora hay más factores a tener en cuenta. Ya no se trata de evitar medidas de protección de mercados nacionales sino de garantizar que los alimentos lleguen al consumidor habiendo respetado en su cultivo, cría o captura, aspectos diversos tales como el respeto del medio ambiente, el bienestar animal o la ética, y que finalmente todo ello se traduzca en una mayor garantía en términos de salud pública.

He releído un breve artículo publicado hace ya cinco años en Informativojurídico.com titulado “A propósito de la crisis alimentaria en China: la responsabilidad empresarial” https://econtrast.blogspot.com/2014/09/joan-mier-proposito-de-la-crisis.html en el que alertaba sobre estas circunstancias y de la necesidad de reforzar los mecanismos de alarma y de gestión de crisis alimentarias, responsabilidad en primer lugar de los Estados, y también de los componentes de la cadena alimentaria, desde el productor hasta el distribuidor. También mencionaba el interés de China en garantizar la seguridad alimentaria mediante la aprobación de la ley general de seguridad alimentaria en 2009 (posteriormente reforzada en 2015) y sus medidas de trazabilidad y control.

A raíz de la aprobación de esa normativa y de diversos episodios de contaminación alimentaria surgió un grupo de trabajo de especialistas, liderado por Lluís González Vaqué, para el seguimiento de aspectos de la normativa alimentaria en China y su comparación con la comunitaria. Esto dio pie a la publicación de diversas reflexiones sobre globalización e internacionalización de la legislación sobre alimentos ( https://www.eupharlaw.com/introduccion-al-derecho-alimentario-en-china ).

El crecimiento de la economía china y su apertura a mercados internacionales ha provocado un giro importante y rápido en el enfoque de su legislación alimentaria, desde un interés centrado en la higiene de los alimentos a otro priorizando su seguridad. La actual norma general aprobada en el 2015 establece normas severas en prevención, control de riesgo, trazabilidad, retirada de alimentos, y un enfoque holístico general para lograr garantías en la seguridad alimentaria. Esta ley está fuertemente inspirada en la normativa y las estructuras institucionales de la normativa europea y norteamericana.

Si se pretende analizar esa normativa desde los parámetros de la normativa europea conviene hacerlo tomando en consideración aspectos propios de la cultura legislativa de ese país. De entrada, es destacable que el principio básico de aquel sistema regulatorio alimentario establece que la producción y distribución de alimentos no está sujeta a una autorización explícita. No obstante, las empresas alimentarias son responsables cuando sus productos alimentarios violan la normativa de seguridad o cualquier otra especificación establecida en los estándares de la normativa alimentaria. Por el contrario, la comercialización de un alimento en Europa queda autorizada al previo cumplimiento de la normativa. Esto se aplica tanto a los productos accesibles a través de cualquier medio de la distribución como a la venta directa, incluso en mercados públicos, pues se encuentran sometidos igualmente a controles de seguridad, incluida la trazabilidad.

Volviendo a la cuestión del origen zoonótico de la pandemia Covid-19 por consumo de animales accesibles en mercados públicos chinos, donde las costumbres culturales arraigadas en el país se han tenido que adaptar rápidamente al cumplimiento de estándares alimentarios en buena parte inspirados en los europeos y americanos, esto debería llevarnos a la reflexión de que esta crisis ha de servir, por lo menos, para alertar de la necesidad de reforzar las 3 medidas de control en todas las estructuras de venta de alimentos para mitigar el riesgo de epidemia por contaminación alimentaria.

17 marzo 2020


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14/03/2020

Canada: Social Media and Marketing in B.C’s Liquor Industry

In February, 2015 Alcohol & Advocacy summarized the rules and restrictions then in place for advertising and marketing by bars, restaurants and liquor agents.
In December, 2019 the Liquor and Cannabis Regulation Branch published a useful refresher on these principles, with references to law and regulation as well as licensee terms and conditions. Usefully, the six page publication also contains plenty of examples of what is unacceptable (apparently taken from “common non-compliant social media messaging”). The document can be read in full here.
The take away is straight forward: when a liquor licensee, or someone representing a liquor licensee, uses an online platform to promote liquor products they must follow the same rules that apply to traditional forms of advertisement like magazines and radio ads. The ubiquitous and casual nature of social media leads some licensees to believe that “anything goes” on their Facebook or Instagram pages. This is not true. The Liquor and Cannabis Regulation Branch can investigate a licensee’s online presence as a component of a routine compliance check.
Advertisers of alcoholic beverages in BC must do so in accordance with the CRTC’s Code for Broadcast Advertising of Alcoholic Beverages. The Code is designed to ensure that alcoholic beverage advertising does not contribute to the negative health and societal effects related to excessive or inappropriate consumption. The Code can be read in full here, but can also be thought of in terms of five themes, described by the LCRB as follows:
  1. Advertising must not encourage the over-consumption of alcohol;
  2. Advertising must not promote the irresponsible or illegal use of alcohol;
  3. Advertising must not associate alcohol with social or personal achievement;
  4. Advertising must not be directed to persons under the legal drinking age; and
  5. Advertising must not associate alcohol with the use of motor vehicles or with activates requiring a significant degree of skill or care

Examples or what not to do

  • Use an image of a patron handing an open beer to another patron with a caption stating “strangers can become new friends with a beer”
  • Use an image of a group of young people all holding beer bottles, enjoying themselves, with a caption stating “Frosh Week!”
  • Use of an image of Santa Clause (or similar character, real or fictional, considered to be a role model for underage persons) drinking alcohol
  •  Images or content that suggests alcohol is a good way to “get over” a break up or other disappointment in life
  • Sharing social media images of individuals drinking alcohol irresponsibly (e.g. boating without life jackets)
  • Images of individuals drinking alcohol in a public place (e.g. at a beach or in a park)
Many licensees in British Columbia outsource their social media content, or leave it to management to look after from the side of their desk. This lack of diligence can result in unwanted attention by provincial liquor inspectors, and potentially the issuance of a contravention noticeAlcohol & Advocacy recommends that licensees pay the same degree of due care and attention to the content of their online presence as they would with any other advertising initiative: be careful what you say, and be careful what you share.
If your establishment is facing enforcement action by the Liquor & Cannabis Regulation Branch, or you have questions or concerns about advertising and provincial liquor laws, contact Dan Coles at Owen Bird.

*Alcohol & Advocacy publishes articles for information purposes only. They are not a substitute for legal advice, and persons requiring such advice should consult legal counsel.

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